Hace unos 30 años, la calefacción por suelo radiante era un lujo reservado a muy pocos por su elevado precio. Pero el uso de este tipo de calefacción, o de manera de calentarse, ya se usaba mucho antes.

Se han encontrado indicios de que, en el año 5.000 a.C en China, ya se usaban los primeros tipos de Kang y Dikang (suelo radiante). En Corea, por su parte, ya se usaban formas primitivas de Ondol (piedra caliente). Los griegos y los romanos también siguieron el ejemplo pero a una escala mayor. Hacia el 500 a.C. utilizaban el calor bajo los pies para los baños romanos.

Qué es la calefacción por suelo radiante

La calefacción por suelo radiante es un sistema de tuberías por el que circula el agua caliente y que permite que las habitaciones de una vivienda mantengan una temperatura constante. La tubería está empotrada en el suelo y puede ser colocada en todo tipo de suelos, ya sea suelo flotante, madera, piedra, vinilo o moqueta.

Hay dos tipos de calefacción por suelo radiante: los eléctricos y los de agua.

  • Los calefactores eléctricos usan el cableado a través de la superficie de la habitación en cuestión y son bastante fáciles de instalar. Pueden instalarse en una parte de la habitación o repartidos por toda ella. Son un poco más caros que los de agua, aunque esto depende de tu proveedor de electricidad actual, por lo que muchos sólo tienen cubierta una parte de la habitación para compensar el coste. En cualquier caso, sigue siendo más económico que la alternativa del radiador.

 

  • La calefacción por suelo radiante a base de agua utiliza tubos en lugar de cables para calentar la casa, que se conecta a la caldera. La desventaja es que su instalación es más complicada que la de sus homólogos eléctricos y puede no ser aplicable en determinados inmuebles.

Ventajas de la calefacción por suelo radiante

1.- Menor consumo de energía

Una de las mayores ventajas de la calefacción por suelo radiante es que puede ser mucho más eficiente energéticamente que los típicos radiadores tradicionales. Esto se debe a que el calor se distribuye uniformemente por toda la habitación, convirtiendo el propio suelo en lo que se conoce como un «calentador radiante».

De este modo, la calefacción no tiene que estar encendida durante mucho tiempo antes de que toda la habitación alcance la temperatura deseada, con lo que se ahorra energía.

2.- Más espacio en casa

La ventaja más evidente de la calefacción por suelo radiante es que no necesitarás ningún radiador visible. Con la calefacción por suelo radiante, las paredes quedan libres para hacer lo que se quiera con ellas.

3.- Mejor experiencia

Por ejemplo, si en su salón tiene un radiador situado justo al lado de tu sofá, puede resultar bastante incómodo rápidamente. Esto se debe a que el calor está localizado en una zona y se calienta mucho más que la temperatura de un calefactor de suelo. Así que, en lugar de conseguir una habitación con calefacción uniforme, se obtiene un punto demasiado caliente y una gran parte del espacio demasiado fría. Además, los radiadores pueden resecar el aire y agravar problemas de salud como el asma.

4.- Poco o ningún mantenimiento

Los radiadores de suelo requieren muy poco mantenimiento, ya que, una vez terminada la instalación inicial, prácticamente no es necesario ningún otro mantenimiento.

5.- Mayor control

Los radiadores convencionales suelen depender de un único termostato que ajusta la temperatura de todas las habitaciones de la casa, pero los sistemas de calefacción por suelo radiante pueden ser mucho más específicos teniendo un termostato en cada habitación.

Desventajas del suelo radiante

Aunque es cierto que la instalación ya no es tan cara como hace unos años, aún sigue siendo poco accesible ya que es costosa y requiere que la propiedad sea nueva, dado los inconvenientes que genera si el edificio necesita remodelación.

  • Coste: El coste inicial puede ser considerable y la instalación del sistema puede causar muchos trastornos en tu casa. En los edificios antiguos, crear las condiciones adecuadas bajo el suelo también puede resultar caro.
  • Tiempo: La calefacción por suelo radiante tarda más en encenderse que un radiador, por lo que hay que utilizar un temporizador para predecir cuándo se quiere calor en determinadas habitaciones.
  • Mobiliario: No se puede usar debajo de algunos muebles o accesorios, lo que limita la forma de organizar la casa. Es posible que los artículos grandes y pesados tengan que desaparecer por completo.
  • Instalación: Si optas por un sistema de agua, tendrás que pagar a un profesional para que lo instale. Por otro lado, los sistemas más pequeños pueden no calentar lo suficiente la habitación y requerir radiadores de todos modos.

 

Si las ventajas de la calefacción por suelo radiante te han convencido y estás interesado en instalarlo en tu casa, puedes contactar con nosotros.

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